HEITOR DOS PRAZERES
Del cavaquinho a la pintura
HEITOR DOS PRAZERES nació en la legendaria región de la Cidade Nova, en plena Praça Onze, cuna del samba carioca (según opinan la mayoría de los historiadores), el 23 de septiembre de 1898.
Su padre, carpintero de profesión, actuaba en las bandas de la Policía Militar y Guardia Nacional tocando clarinete. "Heitorzinho", influido por su padre, también se dedicaría a la música aunque en su caso aprendería a tocar cavaquinho de manera autodidacta.
Era mal estudiante y en las aulas era considerado un alumno conflictivo, cosa que le llevó a ser expulsado de todos los colegios. A los siete años empieza a trabajar también con la madera (como su padre).
Su tío, el músico Hilário Jovino Ferreira, conocido como "Lalu de Ouro", le regaló su primer cavaquinho. Tomó a su tío como modelo de compositor y a los doce años, Heitor ya frecuentaba reuniones festivas en la casa de la legendaria Tia Ciata, donde convivió con otros pioneros del samba como João da Bahiana, Donga, Pixinguinha, Caninha, Sinhô, entre otros. Dos de sus composiciones que lo popularizaron fueron "Deixaste meu lar" y "Estás farto de minha vida", ambas de 1925 y grabadas por Francisco Alves.
Cuadro "Dança", de Heitor dos Prazeres, un artista cuya obra pictórica se basó en arte naïf, también conocida como arte primitivo o ingénuo.
Heitor dos Prazeres se casó en 1931 con Doña Gloria, con quien tuvo tres hijas. Tras el fallecimiento de su esposa, se dedicó a las artes plásticas -en particular a la pintura- apoyado por el crítico de arte Carlos Cavalcante, el pintor Augusto Rodrigues y el escritor Carlos Drummond de Andrade.
Su residencia de la Praça Tiradentes se convirtió en un centro de reunión referente para gente interesada en el conocimiento de la cultura afrobrasileña. Entre los visitantes, en su mayoría universitarios, se encontraba un joven estudiante de medicina y futuro compositor: Noel Rosa. Pero esa es otra historia...
