Se você não concordar, não posso me desculpar. Não canto pra enganar (Geraldo Vandré)

JAIR RODRIGUES
EL EMBAJADOR DE LA ALEGRÍa

 


 

 

Jair Rodrigues
Publicado el 21/02/2019

 

JAIR RODRIGUES, EL EMBAJADOR DE LA ALEGRÍA


Cada 6 de febrero se cumple el aniversario del dueño de la sonrisa más contagiante de la música popular brasileña: la sonrisa de Jair. En el 2019, Jair Rodrigues completaría su 80 aniversario, pero fue en mayo del 2014 cuando sufre un infarto agudo de miocardio que le causa la muerte.

 

Imposible no destacar el nombre de Jair Rodrigues dentro del panorama musical brasileño. Conocido por su alegría dentro y fuera de los escenarios, Jair sería pionero en introducir el rap en Brasil, pasando a ser el padre del género a nivel nacional. Rubens Rewald, quien codirige junto a Rodolfo Castilho un documental sobre el artista ("Deixa que digam"), llegó a decir que "los versos hablados, no cantados, fueron totalmente innovadores, una vanguardia para la época". Y confiesa que "Rappin´Hood (rapero), por ejemplo, no se cansa de reconocer la importancia de Jair para el rap nacional".

 

 

DUPLA HISTÓRICA CON ELIS REGINA


Antes de consagrarse como cantante, Jair Rodrigues trabajó como mecánico y albañil hasta que, tras participar en programas televisivos de talentos, da el salto a la música profesional. En 1964 graba "O samba como ele é", donde se destaca su versión de "O morro não tem vez", de Tom Jobim y Vinicius de Moraes.

 

Pero fue al año siguiente, en 1965, cuando Jair Rodrigues despuntaría su carrera artística al presentar, junto a Elis Regina, el programa "O Fino da Bossa", para la TV Record. "Yo estaba comenzando a tener mis éxitos como ‘Deixa isso pra lá‘ y ella venía de los festivales con la fama de ‘Arrastão‘. Éramos de la misma discográfica. Aunque coincidíamos por locales nocturnos, fue en el programa donde entablecimos una fuerte amistad", rememoraba Jair Rodrigues.

 

El encuentro entre Jair y Elis dejó tres álbumes ("Dois na bossa") que son referencias absolutas en la historia de la música brasileña. En el primer álbum, el compositor más grabado sería Vinicius de Moraes y su "O morro não tem vez", "Samba do carioca" (con Carlos Lyra), "A felicidade" (con Tom Jobim) y "Arrastão" (con Edu Lobo).

 

También grabaron a los hermanos Marcos y Paulo Sérgio Valle con "Preciso aprender a ser só" y "Terra de ninguém". Para Paulo Sérgio Valle "el resultado fue excelente. Jair y Elis eran dos artistas enormemente populares y ayudaron a dar notoriedad a esas dos músicas".

 

 

ÉPOCA DE FESTIVALES


En 1966, Jair protagonizó otros gran momento de su carrera. En pleno régimen militar, la canción defendida por Jair en el II Festival de la Música Popular Brasileña ("Disparada", de Geraldo Vandré y Théo de Barros) contenía un alto grado político. "Disparada" coincidió con "A Banda", de Chico Buarque. "A banda" era la canción preferida por el jurado, pero Chico Buarque consideraba "Disparada" como vencedora. Así pues, ambos temas fueron decretados como empate en primer lugar.

 

 

VERSATILIDAD MUSICAL


Posteriormente, Jair Rodrigues excursionó por otros estilos musicales fuera del samba (género que completaba gran parte de su repertorio). Experimentó con la música sertaneja, teniendo gran éxito con "o menino da porteira", "Boi da cara preta" y "Majestade o sabiá", compuesta por Roberta Miranda e interpretada junto a la dupla Chitãozinho & Xororó.

 

Tras varias publicaciones, fue en 1999 cuando Jair Oliveira (hijo de Jair Rodrigues) produjo el primero de los cinco álbumes de Jair. "500 anos de Folia", volúmen 1 y 2 (2000), "Intérprete" (2002), "Samba mesmo", volúmenes 1 y 2 (2014). Estos últimos serían nominados en los premios Grammy Latino.

 

"Él nunca se metió directamente en mis decisiones musicales, pero cuando regresé de mis estudios de música en Estados Unidos, sucedió un poco lo contrario. Yo comencé a producirlo y muchas veces él daba un direccionamiento a las grabaciones y ahí tuve la oportunidad de desenvolver un lazo aún mayor con mi padre, no sólo profesional sino también personal", desvelaba Jair Oliveira.

 

 

OPINIONES HACIA SU FIGURA


Jair Rodrigues dejó grabada en la memoria el positivismo, la alegría y la sonrisa, así como también la diversidad musical defendida con gran profesionalidad. Para la periodista Regina Echeverria, "Jair tenía una gran fuerza de voluntad e imagino que él siempre será reconocido como un gran cantante paulista de samba".

Rubens Rewuald, cineasta, opina que "absolutamente todo el mundo abre una amplia sonrisa al hablar de Jair. Él era muy querido. Un cantante excepcional y un ser humano fuera de serie. Un hombre humilde, simple, que contentaba a todos y nunca se negaba a atender a los fans". Rewuald desvela que "los músicos de su banda me contaron que, durante los viajes, cuando paraban en los restaurantes, Jair se dirigía a los cocineros para elogiarlos. Era espontáneo. Era un hombre feliz con una alegría contagiante".

Para Swami Junior, "Jair es una de las grandes voces y uno de los exponentes del samba en Brasil. Tenía todo el dominio del lenguaje, el swing, la alegría y también la tristeza. Sabía interpretar y transmitir todo aquello que se le antojaba. Para mí, uno de los mayores. Lo que quiero para el futuro y para las próximas generaciones es la sonrisa de Jair, la emoción que él colocaba en la música y la verdad absoluta y cristalina que tenía como artista.


 

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