Page 34 - Revista de musica brasileña y musicas del mundo - num.5
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UNIVERSAL                                                                                                        ca (puestos a ser exquisitos), sobrecoge el tamaño, la lu-  lo que indica, no sólo la falta de empatía y educación para
                                                                                                                                Al entrar en una iglesia, especialmente antigua, románi-
                                                                                                                                                                                    con los músicos sino la ansiedad que vamos llevando.
                                                                                                                              minosidad pero lo que más sobrecoge es “el silencio” un
                                                                                                                              silencio que si cayera en ese momento un alfiler se oiría
                                                                                                                                                                                      Escuchar el silencio es, sin duda alguna, una de las ma-
                                                                                                                              en metros a la redonda... eso es lo que sobrecoge de una  yores maravillas del ser humano pues es consciente por sí
                                                                                                                              iglesia, luego hablaremos y nos pondremos místicos que  mismo de todo lo que le circunda partiendo de la base de
                                                                                                                              Dios, el Espíritu, pero un ateo cuando entra también siente  la nada más absoluta.  Es aquel desafío del folio en blanco
                               SOUND                                                                                          ria casi del sonido.  Sin embargo, hasta que no llegó John  que quitar lo que sobra”. Tal vez si quitásemos lo que
                                                                                                                              el silencio... y se sobrecoge.
                                                                                                                                                                                    o el lienzo sin nada donde todo está potencialmente hecho
                                                                                                                                                                                    y cada cual saca, como decía el gran Miguel Angel cuando
                                                                                                                                El sonido del silencio es un tema tan viejo como la histo-
                                                                                                                                                                                    esculpió su Moisés, “no hice nada, estaba ahí y solo hay
                                                                                                                              Cage con su obra 4’33”, donde el silencio fue sencillamente  nos sobra en la vida la dicha de ser feliz estaría más
                                                                                                                              la expresión más absoluta de lo absoluto -llámesele como  próxima.
                                                                                                                              se quiera- todo era silencio, cuando menos en el escenario
                                                                                                                              pues surgió la inquietud social del público que esperaba
                                                                                                                              “algo” y se encontraron con el silencio, algo mágico y muy   El sonido del silencio es un tema
                                                                                                                              simbólico pues mostraba el estrés de la gente, del público
               POR RAFAEL CASTRO MARTÍN                                                                                       y Cage decía “los he conmovido” sin duda aun cuando no   tan viejo como la historia casi del

                                                                                                                              se hubiera oído más que Silencio.
                                                                                                                                                                                     sonido.  Sin embargo, hasta que no
                                                                                                                                Si observamos un concierto, sea el género que sea, un
                          Escritor y músico multidisciplinar                                                                  instante antes de empezar hay... silencio. Y terminado el  llegó John Cage con su obra 4’33”,

                       interesado en el crecimiento personal                                                                  mismo, incluidos aplausos, bises, etc... hay silencio. Es el si-
                                                                                                                              lencio el que mueve el universo. ¿Qué hay entre planetas?  donde el silencio fue sencillamente
                                                                                                                              nada, y por tanto su sonoridad es “silencio”.  Cuando oímos
                                                                                                                              cualquier sonata, concierto o sinfonía entre movimiento     la expresión más absoluta de lo
                                                                                                                              siempre hay toses porque alguien no soporta aquél mági-           absoluto, todo era silencio.
                                                                                                                              co momento de silencio entre tanta sonoridad sinfónica...


                                                                           Muchas veces buscamos un sonido único,
                                                                         mágico,  algo  que  nadie  haya  recaído  en  él.
                                                                         Un sonido que sea irrepetible y que empas-
                                                                         te  y  embellezca  a  cuantos  lo  oigan.  Con  la
                                                                         llegada del siglo XX, cansados de armonías
                                                                         tonales y sonidos ya previstos e incluso pre-
                                                                         visibles  surgieron  las  “otras  sonoridades”,
                                                                         ruidos  mejor  dicho...  y  finalmente  algunos
                                                                         genios, que para mí no tienen otro nombre,
                                                                         descubrieron el sonido “entre sonidos”, y no
                                                                         hablo del dodecafonismo de Schöemberg, de
                                                                         ese sonido que, sin vibración alguna coexiste
                                                                         con todas las sonoridades, un sonido percibi-
                                                                         do en la tierra sí, pero también en cualquier
                                                                         otro luegar del universo... estamos hablando
                                                                         de una sonoridad que se puede hacer desde
                                                                         un timbal hasta una flauta pícolo, o un vio-
                                                                         lín... estamos hablando “del silencio”.

                                                                           El silencio es un sonido de igual modo
                                                                         que el negro, ausencia de todo color es
                                                                         un color en sí mismo. Y uno va y dice “vaya
                                                                         cosa” -y tendrá razón- pero cuántas veces se
                                                                         puede estar en compañía de otro ser huma-
                                                                         no sintiendo “silencio”, del de verdad, silencio
                                                                         sin decir ni hacer ningún gesto, momento en
                                                                         el que todos juntos vibramos y empatizamos
                                                                         con los demás y por ello nos dejamos llevar
                                                                         de su vibración mientras el silencio se queda                                   John Cage. En 1952, este instrumentista estadounidense creó «4’33’’»,
                                                                         en la retarguardia solo “el sonido madre”, al                                   una obra musical basada en no tocar una sola nota, que interpretó en
                                                                         que finalmente todos recurrimos.                                                prestigiosos festivales de todo el mundo. Para algunos sólo fue una
                                                                                                                                                         mala broma. Para otros, una obra de arte del siglo XX.  Foto: Paul Bergen



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