Page 26 - Revista Musicas do Brasil e mais - num. 9
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afectivo. Entendía que son esas marcas sono-
                                                                                                                                                                                             ras las que había que proteger como parte del
                                                                                                                                                                                             patrimonio.
                                                                                                                                                                                              De alguna forma, nuestros lugares tienen un
                                                                                                                                                                                             sonido concreto: los ruidos de unas pisadas,
                                                                                                                                                                                             un  silbido,  el  tarareo  de  una  melodía  entre
                                                                                                                                                                                             el ruido de cacerolas de fondo, las campanas
                                                                                                                                                                                             de una iglesia, ambulancias y el grito de los
           EL SONIDO,                                                                                                                                                                        esos sonidos hacen hogar, nuestro hogar.
                                                                                                                                                                                             niños jugando, los acentos. Como dice Alicja
                                                                                                                                                                                                                              2
                                                                                                                                                                                             Gescinska en “La música como hogar” , todos


                                                                                                                                                                                              En Antropología se habla de lugares en el
                                                                                                                                                                                             momento en el que en un sitio existe identi-
                                                                                                                                                                                             dad, relación e historia. Un “no lugar” según
                                                                                                                                                                                             Marc  Augé  es  “un  espacio  despojado  de  las
                                                                                                                                                                                             expresiones simbólicas de la identidad, las re-
           EL SILENCIO                                                                                                                                                                       laciones  y  la  historia:  los  ejemplos  incluyen
                                                                                                                                                                                             aeropuertos,  autopistas,  autónomos  cuartos
                                                                                                                                                                                                                         3
                                                                                                                                                                                             de hotel, el transporte público” .  Pese a que
                                                                                                                                                                                             todos  los  sonidos  puedan  ser  conocidos,  en
                                                                                                                                                                                             los  no  lugares  el  mapa  sonoro  que  perfilan
                                                                                                                                                                                             nos es ajeno. A veces, en esos lugares necesi-
                                                                                                                                                                                             tamos música para sentirnos de nuevo en un
                                                                                                                                                                                             lugar conocido, en casa.
           Y LA CIUDAD                                                                                                            dad con el vacío atronador que dejaron los coches y  ahora se buscan los llamados sonidos blancos: graba-
                                                                                                                                                                                              Las ciudades han ido caminando hacia una
                                                                                                                                                                                             deshumanización  paulatina.  Hasta  tal  punto
                                                                                                                                                                                             que evitamos los sonidos de los sitios donde
                                                                                                                                                                                             vivimos  por  resultarnos  invasivos,  molestos.
                                                                                                                                                                                             Los  lugares  en  los  que  íbamos  haciendo  la
                                                                                                                                   Todo quedó en silencio, era difícil reconocer la ciu-
                                                                                                                                                                                     vida se ha ido tornando no lugares. De tal forma, que

                                                                                                                                  el bullicio de las calles. Durante el confinamiento total  ciones con el sonido de la lluvia o el crepitar de la leña.
                                                                                                                                  desde  marzo,  nuestros  espacios  habitados  quedaron  No son más que ficciones sonoras a falta de una reali-
                                                                                                                                  desnudos de decibelios y nos mostraron con una foto-  dad material habitable.
                                                                                                                                  grafía en negativo el sonido de la vida que habíamos   Nuestras  ciudades  durante  esos  meses  de  confina-
           Por Verónica Rodríguez Alba                                                                                            cio fue elocuente.                                 miento hablaron en silencio y su silencio fue nuestro
                                                                                                                                  llevado. Todo cuanto sonaba de pronto cesó y el silen-
                                                                                                                                                                                     reflejo en el espejo. Tomar conciencia de los sonidos
                                                                                                                                   La realidad material suena, todo a nuestro alrededor,  que nos faltaban, en el fondo fue saber cómo estába-
                                                                                                                                  nosotros mismos tenemos la capacidad de sonar y de  mos viviendo, quiénes éramos y qué planeta nos gus-
                                                                         Profesora de Filosofía                                   oír. Y es que la sonoridad, como cualidad de lo sono-  taría habitar.
                                                                                                                                  ro, es connatural a la propia vida y a los espacios que
                                                                                                                                  creamos y luego recreamos con la música. A nuestro
                                                                                                                                  alrededor, un lienzo de sonidos va dibujado mapas fó-
                                                                                                                                  nicos, calles invisibles que recorremos a diario y que           “La sonoridad, como
          “Ahora  que  estábamos  por  dejar  atrás  un  mundo  entero,  el                                                       forman parte de nuestra cotidianidad. Transitamos los     cualidad de lo sonoro, es
                                                                                                                                  días  inmersos  en  paisajes  sonoros  a  veces  de  forma
          mundo que habíamos construido (…) no teníamos ningún pai-                                                               inconsciente.
                                                                                                                                                                              1
                                                                                                                                   Decía Murray Schafer que los paisajes sonoros  po-
          saje sonoro de nosotros cuatro (…) El sonido de todo y de todos                                                         seen tres rasgos: la tonalidad, que no suele escucharse   connatural a la propia vida y
          los que alguna vez nos rodearon. El ruido al que contribuimos                                                           conscientemente (ruido de fondo); las señales sonoras   a los espacios que creamos”
                                                                                                                                  que se escuchan conscientemente de vez en cuando; y
          y el silencio que dejamos atrás”.                                                                                       las marcas sonoras, que son propiamente lo que carac-
                                                                                                                                  teriza un lugar concreto y poseen el valor simbólico y


                                                           Valeria Luiselli, “Desierto sonoro”.                                   1  SCHAFER, R. MURRAY, El nuevo paisaje sonoro, Buenos Aires: Ricordi. 1969
                                                                                                                                  2  GESCINSKA, ALICJA.,  La música como hogar: una fuerza humanizadora. Siruela 2020
                                                                                                                                  3  AUGÉ MARC, Los no lugares. Espacios del anonimato. Ed. Gedisa. 2017


      26     OPINIÓN | EL SONIDO , EL SILENCIO Y LA CIUDAD, por V er ónica R odríguez Alba                                                OPINIÓN | EL SONIDO , EL SILENCIO Y LA CIUDAD, por V er ónica R odríguez Alba                 27
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